No, la sinastría no es solo para preguntarle al universo si “me conviene mi crush”
Seamos honestos: la mayoría llega a la palabra sinastría pensando en compatibilidad amorosa. Y sí, claro que funciona para parejas, pero limitarla solo al romance es perderse de un montón de sabiduría.
La sinastría es el arte de comparar dos cartas natales para entender cómo se conectan energéticamente dos personas: dónde hay fluidez, dónde hay fricción y, sobre todo, qué aprendizajes trae esa relación.
¿Qué me puede decir de mi relación con mi mamá, mi hijo o mi socio?
Mucho. De hecho, más de lo que imaginas.
- Con tu familia: puedes ver qué heridas se despiertan, qué dinámicas se repiten y cómo sanar vínculos ancestrales.
- Con tus amistades: descubres por qué ciertas personas se vuelven hermanas del alma y con otras cuesta tanto fluir.
- En el trabajo: es oro puro. La sinastría con un socio o jefe muestra compatibilidades laborales, formas de liderazgo y puntos de choque que, si los reconoces, puedes manejar mejor.
Lo que la sinastría no es
No es un veredicto de “sí o no”. No te dice si “esa persona es tu alma gemela” o si deberías cortar a tu jefe tóxico. Lo que sí hace es mostrarte el mapa energético de la relación: qué hay que cuidar, qué hay que potenciar y qué aprendizajes están sobre la mesa.
¿Y de qué me sirve en la vida real?
- Mejoras tu comunicación: cuando entiendes que tu pareja necesita espacio y tú contención, dejas de pelear por lo mismo.
- Sanas vínculos familiares: puedes perdonar más fácil cuando ves qué patrones no son personales, sino energéticos.
- Potencias lo profesional: un socio con quien fluyes naturalmente puede llevar tu proyecto más lejos, y si no fluyes, al menos sabrás cómo equilibrar la dinámica.
Si quieres conocer cómo tus relaciones hablan a través de las estrellas…
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